
Por qué las cigalas tienen olor a amoníaco: causas y soluciones

Por qué las cigalas tienen olor a amoníaco: causas y soluciones

Las cigalas son un tipo de crustáceo muy apreciado en la gastronomía debido a su delicado sabor y textura. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con cigalas que desprenden un fuerte olor a amoníaco, lo cual puede resultar desagradable y arruinar la experiencia culinaria. ¿A qué se debe este olor y cómo podemos evitarlo?
Exploraremos las causas detrás del olor a amoníaco en las cigalas, desde su alimentación hasta el procesamiento y almacenamiento. También compartiremos algunos consejos y trucos para minimizar este olor y disfrutar de cigalas frescas y deliciosas. ¡Sigue leyendo para descubrir cómo mejorar tu experiencia con estas exquisitas criaturas marinas!
Las cigalas tienen olor a amoníaco debido a la descomposición de las sustancias nitrogenadas presentes en su cuerpo

Las cigalas son crustáceos marinos muy apreciados en la gastronomía por su exquisito sabor y textura. Sin embargo, uno de los problemas más comunes al cocinar cigalas es el olor característico a amoníaco que pueden desprender. Este olor desagradable puede arruinar por completo la experiencia culinaria y hacer que los comensales rechacen el plato.
El olor a amoníaco en las cigalas se debe principalmente a la descomposición de las sustancias nitrogenadas presentes en su cuerpo. Durante su vida en el mar, las cigalas acumulan amoníaco en su organismo como producto residual del metabolismo. Este amoníaco es eliminado a través de las branquias, pero cuando las cigalas mueren y comienzan a descomponerse, el amoníaco se libera y genera ese olor tan característico.
Además, el olor a amoníaco también puede ser causado por una mala manipulación de las cigalas antes de su cocción. Si las cigalas no se mantienen en condiciones adecuadas de refrigeración, el proceso de descomposición puede empezar antes de tiempo y provocar la liberación del amoníaco.
¿Cómo evitar el olor a amoníaco en las cigalas?

Para evitar el olor a amoníaco en las cigalas, es importante seguir algunas recomendaciones:
- Seleccionar cigalas frescas: Es fundamental elegir cigalas frescas y de buena calidad. Si es posible, adquirirlas vivas y cocinarlas lo más pronto posible.
- Manipulación adecuada: Manipular las cigalas con cuidado y evitar dañarlas antes de su cocción. No romper el caparazón ni extraer la carne antes de tiempo.
- Refrigeración adecuada: Mantener las cigalas refrigeradas en todo momento. Si no se van a cocinar de inmediato, es recomendable guardarlas en la parte más fría del refrigerador, preferiblemente en una bolsa de plástico bien sellada.
- Cocción rápida: Cocinar las cigalas lo más pronto posible después de adquirirlas. La cocción rápida ayudará a evitar la descomposición y, por ende, la liberación de amoníaco.
Si a pesar de seguir estas recomendaciones el olor a amoníaco persiste, se puede recurrir a algunos trucos para mitigarlo. Una opción es remojar las cigalas en agua fría con sal durante unos minutos antes de cocinarlas. Otro truco es añadir un poco de limón o vinagre en el agua de cocción para contrarrestar el olor.
El olor a amoníaco en las cigalas se debe a la descomposición de las sustancias nitrogenadas presentes en su cuerpo. Siguiendo las recomendaciones de selección, manipulación, refrigeración y cocción adecuadas, es posible evitar este problema y disfrutar de unas cigalas deliciosas sin olores desagradables.
El olor a amoníaco puede ser más pronunciado en las cigalas que se han almacenado durante mucho tiempo o que no se han almacenado adecuadamente

El olor a amoníaco en las cigalas puede ser un problema desagradable y desalentador para aquellos que disfrutan de este exquisito marisco. Aunque las cigalas frescas deben tener un aroma suave y agradable a mar, en ocasiones pueden desprender un olor fuerte y desagradable similar al amoníaco.
Hay varias razones por las cuales las cigalas pueden tener este olor a amoníaco. En primer lugar, el olor puede ser más pronunciado en las cigalas que se han almacenado durante mucho tiempo o que no se han almacenado adecuadamente. Si las cigalas se mantienen a una temperatura incorrecta o si se exponen al aire durante demasiado tiempo, pueden comenzar a descomponerse y producir amoníaco.
Otra causa del olor a amoníaco en las cigalas puede ser la presencia de bacterias en su carne. Las cigalas son criaturas marinas y pueden contener bacterias en su sistema digestivo. Si estas bacterias se multiplican, pueden producir amoníaco como producto de desecho, lo que resulta en un olor desagradable.
Para evitar el olor a amoníaco en las cigalas, es importante seguir algunas recomendaciones. En primer lugar, es fundamental comprar cigalas frescas y de buena calidad. Asegúrese de que las cigalas estén vivas al momento de comprarlas y que no tengan un olor fuerte y desagradable. Si las cigalas ya tienen un olor a amoníaco al comprarlas, es mejor evitarlas.
Además, es importante almacenar las cigalas de manera adecuada. Manténgalas refrigeradas a una temperatura de alrededor de 0-4 grados Celsius, preferiblemente en hielo o en un recipiente con agua fría. No las deje expuestas al aire durante mucho tiempo, ya que esto puede acelerar su descomposición y aumentar la producción de amoníaco.
También se recomienda consumir las cigalas lo más pronto posible después de comprarlas. Si las cigalas se han almacenado durante un período prolongado, es posible que ya tengan un olor a amoníaco y no sean aptas para el consumo.
El olor a amoníaco en las cigalas puede ser causado por un almacenamiento inadecuado, la descomposición y la presencia de bacterias. Para evitar este problema, es importante comprar cigalas frescas y de buena calidad, almacenarlas correctamente y consumirlas lo más pronto posible después de comprarlas. Siguiendo estas recomendaciones, podrá disfrutar de las cigalas sin tener que lidiar con su desagradable olor a amoníaco.
Una solución para reducir el olor a amoníaco en las cigalas es asegurarse de que estén frescas antes de cocinarlas


El olor a amoníaco en las cigalas es un problema común que puede arruinar una deliciosa comida de mariscos. Este olor desagradable se debe a la descomposición de los compuestos de nitrógeno presentes en las cigalas, lo que resulta en la liberación de amoníaco. Afortunadamente, existen varias soluciones para reducir este olor y disfrutar de unas cigalas frescas y deliciosas.
Asegurarse de que las cigalas estén frescas
Una de las principales causas del olor a amoníaco en las cigalas es que no estén frescas al momento de cocinarlas. Es importante adquirir cigalas frescas en el mercado o pescadería de confianza y asegurarse de que estén en buen estado antes de cocinarlas. Para comprobar su frescura, se debe prestar atención a su aspecto y olor. Las cigalas frescas deben tener un color brillante y un olor suave a mar. Si presentan manchas oscuras o un olor fuerte y desagradable, es mejor descartarlas.
Almacenar las cigalas correctamente
Una vez adquiridas las cigalas frescas, es importante almacenarlas correctamente para mantener su frescura y prevenir la formación de olor a amoníaco. Se recomienda guardarlas en el refrigerador a una temperatura entre 0°C y 4°C. Es importante no dejarlas fuera del refrigerador por mucho tiempo y consumirlas lo más pronto posible para evitar su deterioro.
Cocinar las cigalas adecuadamente
La forma en que se cocinan las cigalas también puede influir en la aparición de olor a amoníaco. Es importante cocinarlas adecuadamente para evitar la descomposición de los compuestos de nitrógeno y la liberación de amoníaco. Se recomienda cocinar las cigalas de forma rápida, ya sea a la parrilla, al vapor o a la plancha. Evitar cocinarlas durante demasiado tiempo puede ayudar a mantener su frescura y sabor original.
Marinar las cigalas
Otra solución para reducir el olor a amoníaco en las cigalas es marinarlas antes de cocinarlas. El uso de marinadas ácidas, como el jugo de limón o vinagre, puede ayudar a neutralizar los compuestos de nitrógeno y reducir el olor. Se recomienda marinar las cigalas durante al menos 30 minutos antes de cocinarlas para obtener mejores resultados.
Eliminar la vejiga intestinal
Por último, al limpiar las cigalas antes de cocinarlas, se debe asegurar de eliminar la vejiga intestinal, ya que puede ser una fuente de olor a amoníaco. La vejiga intestinal se encuentra en la parte superior del cuerpo de la cigala y se puede eliminar fácilmente con la ayuda de un cuchillo afilado. Al eliminarla, se reduce la liberación de amoníaco durante la cocción.
Para reducir el olor a amoníaco en las cigalas, es importante asegurarse de que estén frescas, almacenarlas correctamente, cocinarlas adecuadamente, marinarlas y eliminar la vejiga intestinal. Siguiendo estos consejos, se puede disfrutar de unas cigalas deliciosas y libres de olores desagradables.
Otra solución es remojar las cigalas en agua fría con sal durante unos minutos antes de cocinarlas, lo que ayuda a eliminar parte del olor a amoníaco

El olor a amoníaco en las cigalas es un problema común al momento de cocinarlas y puede arruinar por completo la experiencia gastronómica. Afortunadamente, existen varias causas y soluciones para este inconveniente.
Causas del olor a amoníaco en las cigalas


El olor a amoníaco en las cigalas suele ser causado por la acumulación de compuestos nitrogenados, como la trimetilamina, que se liberan cuando las cigalas no son frescas. Esto puede ocurrir debido a diversos factores:
- Mala conservación: Si las cigalas no se mantienen a una temperatura adecuada o no se almacenan correctamente, pueden deteriorarse rápidamente y producir el desagradable olor a amoníaco.
- Sobrecocción: Cocinar las cigalas durante demasiado tiempo puede hacer que los compuestos nitrogenados se volatilicen, generando un olor desagradable.
- Almacenamiento prolongado: Las cigalas frescas deben consumirse lo más pronto posible, ya que con el tiempo los compuestos nitrogenados se acumulan y generan el olor a amoníaco.
Soluciones para eliminar el olor a amoníaco en las cigalas

Afortunadamente, existen varias soluciones para eliminar o reducir el olor a amoníaco en las cigalas:
- Compra cigalas frescas: Es importante asegurarse de adquirir cigalas frescas y de calidad. Se recomienda comprarlas en lugares confiables y verificar que estén vivas antes de cocinarlas.
- Remojo en agua fría con sal: Una solución efectiva es remojar las cigalas en agua fría con sal durante unos minutos antes de cocinarlas. Esto ayuda a eliminar parte del olor a amoníaco.
- Cocción adecuada: Es importante cocinar las cigalas de manera adecuada y no sobrecocinarlas. Esto evitará que se liberen los compuestos nitrogenados y se genere el olor desagradable.
- Consumo inmediato: Las cigalas frescas deben consumirse lo más pronto posible después de su compra para evitar que se acumulen los compuestos nitrogenados y aparezca el olor a amoníaco.
El olor a amoníaco en las cigalas puede ser evitado o reducido siguiendo algunas medidas simples. Comprar cigalas frescas, remojarlas en agua fría con sal, cocinarlas de manera adecuada y consumirlas lo más pronto posible son acciones que garantizarán una experiencia culinaria libre de olores desagradables.
También se puede blanquear las cigalas en agua hirviendo con sal durante unos segundos antes de cocinarlas, lo cual ayuda a reducir el olor a amoníaco
El olor a amoníaco en las cigalas es un problema común que puede arruinar una deliciosa comida. Afortunadamente, existen varias causas y soluciones para este inconveniente.
Causas del olor a amoníaco en las cigalas


- Almacenamiento inadecuado: Las cigalas deben mantenerse frescas y refrigeradas para evitar la proliferación de bacterias que producen amoníaco. Si las cigalas no se almacenan correctamente, las bacterias pueden crecer y causar el olor desagradable.
- Sobrecocción: Cocinar las cigalas durante demasiado tiempo o a temperaturas demasiado altas puede hacer que el amoníaco se libere y se mezcle con los jugos del marisco.
- Calidad del marisco: Algunas cigalas pueden tener naturalmente un mayor contenido de amoníaco debido a la calidad del agua en la que se capturaron. Esto puede influir en el olor que emanan.
Soluciones para reducir el olor a amoníaco en las cigalas

- Almacenamiento adecuado: Mantén las cigalas frescas y refrigeradas a una temperatura entre 0 y 4 grados Celsius. Asegúrate de que estén limpias y que no tengan signos de deterioro antes de cocinarlas.
- Blanqueo previo: También se puede blanquear las cigalas en agua hirviendo con sal durante unos segundos antes de cocinarlas, lo cual ayuda a reducir el olor a amoníaco.
- Marinar: Marinar las cigalas en una solución ácida, como jugo de limón o vinagre, antes de cocinarlas puede ayudar a neutralizar el olor a amoníaco.
- Cocción adecuada: Cocina las cigalas a fuego medio-alto durante un tiempo adecuado para evitar la sobrecocción. Esto ayudará a minimizar la liberación de amoníaco.
- Compra de marisco de calidad: Adquiere cigalas de proveedores confiables y asegúrate de que sean frescas. Pregunta sobre las condiciones de captura y almacenamiento para asegurarte de obtener un producto de calidad.
El olor a amoníaco en las cigalas puede ser causado por el almacenamiento inadecuado, la sobrecocción o la calidad del marisco. Sin embargo, siguiendo estas soluciones, podrás disfrutar de un delicioso plato de cigalas sin preocuparte por el olor desagradable.
Al cocinar las cigalas, se puede añadir limón, ajo o hierbas aromáticas para mitigar el olor a amoníaco


El olor a amoníaco que desprenden las cigalas al ser cocinadas puede resultar desagradable para algunas personas. Afortunadamente, existen varias causas y soluciones para este problema.
Causas del olor a amoníaco en las cigalas
- Acumulación de sustancias nitrogenadas: Las cigalas tienen un alto contenido de proteínas, y durante su descomposición pueden liberar compuestos nitrogenados, como el amoníaco.
- Almacenamiento inadecuado: Si las cigalas no se conservan correctamente, pueden comenzar a descomponerse, lo que aumentará la producción de sustancias nitrogenadas y, por lo tanto, el olor a amoníaco.
Soluciones para eliminar el olor a amoníaco en las cigalas
- Lavar y limpiar adecuadamente las cigalas: Antes de cocinarlas, es importante lavar las cigalas con agua fría para eliminar cualquier residuo que pueda contribuir al olor a amoníaco.
- Marinar las cigalas: Una técnica efectiva para reducir el olor a amoníaco es marinar las cigalas en una mezcla de limón, ajo y hierbas aromáticas durante al menos 30 minutos antes de cocinarlas.
- Cocinar las cigalas de manera adecuada: Es importante cocinar las cigalas a la temperatura y tiempo adecuados para evitar la producción excesiva de compuestos nitrogenados. Además, se recomienda cocinar las cigalas en presencia de otros ingredientes aromáticos, como el vino blanco o el aceite de oliva.
El olor a amoníaco en las cigalas puede ser causado por la acumulación de sustancias nitrogenadas durante la descomposición y el almacenamiento inadecuado. Sin embargo, seguir medidas como lavar y marinar las cigalas, así como cocinarlas correctamente, puede ayudar a reducir y eliminar este olor desagradable.
Finalmente, es importante almacenar las cigalas correctamente en el refrigerador, envueltas en papel film o en una bolsa hermética, para evitar que se deterioren y que el olor a amoníaco sea más pronunciado

El olor a amoníaco en las cigalas es un problema común que puede arruinar la experiencia culinaria y hacer que muchos eviten consumirlas. Pero, ¿por qué las cigalas emiten este olor desagradable? En este artículo exploraremos las causas detrás de este fenómeno y algunas soluciones para evitarlo.
Causas del olor a amoníaco en las cigalas
El olor a amoníaco en las cigalas generalmente se debe a la descomposición de la hemocianina, una proteína presente en su sangre, que se descompone en amoníaco durante el proceso de cocción o almacenamiento. Además, la presencia de bacterias en el intestino de las cigalas también puede contribuir a la producción de amoníaco.
Soluciones para prevenir el olor a amoníaco
Si te encuentras con cigalas que tienen un olor a amoníaco muy fuerte, es posible que no quieras consumirlas. Sin embargo, hay algunas medidas que puedes tomar para prevenir o reducir este olor desagradable.
- Frescura de las cigalas: Es importante adquirir cigalas frescas y de calidad. Compra en establecimientos confiables y verifica que las cigalas estén vivas antes de cocinarlas.
- Limpieza adecuada: Antes de cocinar las cigalas, asegúrate de limpiarlas correctamente. Retira cualquier resto de intestino oscuro y enjuágalas con agua fría.
- Almacenamiento adecuado: Finalmente, es importante almacenar las cigalas correctamente en el refrigerador, envueltas en papel film o en una bolsa hermética, para evitar que se deterioren y que el olor a amoníaco sea más pronunciado.
Siguiendo estas medidas, podrás disfrutar de las cigalas sin preocuparte por el olor a amoníaco. Recuerda que la frescura y la higiene son fundamentales para evitar este problema.
Preguntas frecuentes

1. ¿Por qué las cigalas tienen olor a amoníaco?
El olor a amoníaco en las cigalas se debe a la descomposición de proteínas durante su proceso de deterioro.
2. ¿Es seguro comer cigalas que huelen a amoníaco?
No, no es seguro. El olor a amoníaco indica que las cigalas están en mal estado y su consumo puede causar intoxicación alimentaria.
3. ¿Cómo evitar que las cigalas tengan olor a amoníaco?
Para evitar el olor a amoníaco en las cigalas, es importante comprarlas frescas, almacenarlas adecuadamente en el refrigerador y consumirlas dentro de los dos días posteriores a su compra.
4. ¿Qué hacer si ya compré cigalas con olor a amoníaco?
Si ya has comprado cigalas con olor a amoníaco, es recomendable desecharlas de inmediato, ya que su consumo puede ser peligroso para la salud.